Está muy de moda ahora alabar el papel de la mujer en el fútbol. Últimamente se lee mucho sobre este tema, lo cual aplaudo, y se realizan conferencias, en las que yo misma participo, pero lo interesante y que me viene a la cabeza es si de verdad hay un interés real por ayudar a introducir a la mujer en el fútbol o es cuestión de marketing o incluso un tema de buen gobierno, que de alguna manera sí que lo es.
Sea como fuere, está ayudando a impulsar a mujeres que llevan años luchando en este sector, ya sea a través del fútbol femenino como en la dirección o gestión de este deporte. Está ayudando a dar protagonismo a mujeres que de verdad lo merecen por sus méritos y capacidad y está ayudando a dar visibilidad a la mujer en el fútbol, que recordemos y no pasa absolutamente nada por reconocerlo, es mayoritariamente masculino. Sin embargo, sí que quiero hacer esta reflexión, ya que aunque las consecuencias sean positivas, se debe tener claro el motivo, y ese no es buena imagen o marketing, sino la normalidad.
A veces la normalidad no se tiene en cuenta, pero si hay mujeres expertas en deporte, ¿por qué tienen más dificultades para trabajar en el sector? ¿por qué no romper barreras y generar la apertura que se demanda? y aquí otra clave, la demanda. No estoy a favor de la igualdad al 50% sino en la igualdad de oportunidades intrínsecamente relacionada con la demanda. Al menos en mi país, España. Si tenemos chicas que quieren jugar al fútbol, como dice mi amiga y gran profesional experta en futfem Ana Rossell, ninguna niña debe quedarse sin poder jugar al fútbol. Hay que proporcionar los medios y crear las oportunidades para esas niñas, porque hay demanda. Si no hay interés, entonces no hay porqué forzar.
En cuanto al ámbito directivo y puestos de responsabilidad en el fútbol, en España hay mujeres (pocas) que ya trabajan en este área, pero es que también hay mujeres que quieren trabajar en este sector, y se están formando para ello, por lo que hay demanda. Sin embargo, no existe la misma demanda por parte de las mujeres que de los hombres, y esta afirmación la baso en hechos personales. A modo de ejemplo, cuando doy clases o conferencias sobre Derecho deportivo, gestión o intermediación deportiva, la inmensa mayoría de mis alumnos son hombres, con una gran diferencia respecto a las mujeres. Sí que es cierto que cuando empecé a dar clases, hace como 7 años, me encontraba con aulas sin ninguna presencia femenina, y eso ha ido cambiando. Es un cambio social, de la sociedad y también de educación, pero insisto, es algo que no se debe forzar, sino que debemos impulsar.
La presencia femenina en todos los ámbitos es fundamental, porque constituye un punto de vista diferente al del hombre, evidentemente es que somos diferentes, y en las diferencias está el enriquecimiento. Si todos pensamos igual en un Consejo de Administración de un Club de fútbol, por ejemplo, ese club se estancará. Asimismo, es una cuestión que como he dicho, de demanda. Y también es algo relacionado con la sociedad en la que vivimos, que avanza para que la mujer deje de estar discriminada. Por tanto, hay que normalizar la situación, pero ¿cómo? en mi opinión, generando medidas que impulsen a las mujeres preparadas que desean introducirse en este sector pero sin obligar a otras que por su sexo deben ocupar un sillón o ser una cuota. Esas medidas de apertura e impulso deben trabajarse conjuntamente con los hombres, nuestros aliados, porque sin ellos, nunca conseguiremos nada.
El papel de la mujer en el fútbol, está unido al del hombre. Parece una afirmación muy simple, pero no todo el mundo la comparte. Juntos, podremos tener un balompié (adoro esta palabra) más enriquecido, completo y más cercano a lo que demanda la sociedad actual.
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